¿Cómo se pelea contra un muerto en YouTube?
Moisés Naím / El País
Esto es lo que se debe estar preguntando Álvaro Colom, el presidente de Guatemala. Como se sabe, un abogado ha acusado al mandatario, a su secretario privado y a la primera dama de asesinato. El abogado acusador y el muerto son la misma persona: "Mi nombre es Rodrigo Rosenberg Marzano, y lamentablemente, si usted está en este momento oyendo o viendo este mensaje, es porque fui asesinado por el señor presidente Álvaro Colom...", dice con espeluznante calma el prestigioso abogado guatemalteco en un vídeo que ya ha sido visto por millones de personas en todo el mundo gracias a Internet.
Rosenberg grabó este vídeo cuatro días antes de su muerte, al convencerse de que un atentado contra su vida era inevitable. En el vídeo también explican los motivos de sus asesinos: era el abogado de un empresario que, al negarse a ser cómplice de negocios sucios en un banco controlado por el Estado, fue asesinado. Y su hija también.
En el vídeo de 18 minutos Rosenberg denuncia que, a través del banco, se financian proyectos inexistentes de la esposa del presidente, se lava dinero de narcotraficantes y se financian negocios turbios del entorno presidencial.
"Yo no soy narcotraficante, no soy asesino, ni todo lo que esa porquería dice", respondió el presidente Colom refiriéndose al vídeo. También enfatizó que tiene la conciencia limpia y que no va a renunciar: "Sólo muerto me sacarán del palacio". Según Colom, todo esto forma parte de una conspiración para desestabilizar a su Gobierno. "Las acusaciones en mi contra son parte de un plan", dijo el mandatario. La primera dama, Sandra Torres, está de acuerdo: "Hay muchos tentáculos detrás del caso Rosenberg".
En su vídeo, el abogado Rodrigo Rosenberg había anticipado que el presidente de Guatemala y sus allegados lo acusarían de formar parte de una conspiración: "Hay algo que siempre oímos, que hay un compló en contra del Gobierno, que es una hipótesis... Esto no es una hipótesis, no tiene nada de hipótesis, esto es una realidad". Y así es. La realidad que tiene que explicar el presidente Colom es por qué Rodrigo Rosenberg está muerto.
Naturalmente, el presidente de Guatemala ha prometido una investigación a fondo sobre este caso. Es interesante notar, sin embargo, que nadie parece creer que el Gobierno o el poder judicial guatemalteco estén capacitados para llevar a cabo una investigación independiente y creíble. Quizás por esto, el presidente Colom solicitó la ayuda del FBI, la Organización de Estados Americanos, la ONU y de otros organismos internacionales para resolver el crimen. De nuevo, Rosenberg adelantó algo de esto en su vídeo: "Hemos caído en una Guatemala que ya no es nuestra; una Guatemala que es de los narcos, de los asesinos y de los ladrones".
En efecto, en las conferencias internacionales ya se ha convertido en algo común oír que Guatemala es un narco-Estado en el cual redes de narcotraficantes y criminales de todo tipo se han infiltrado y ejercen un enorme control sobre importantes instituciones públicas y privadas.
Y el problema trasciende a Guatemala, aunque es en ese país donde se evidencia con más gravedad. En toda Centroamérica, políticos y policías, militares y periodistas, banqueros y congresistas forman parte de los instrumentos que estas redes criminales utilizan para operar a sus anchas.
De hecho, una nueva e importante amenaza para esta región de economías débiles e instituciones más débiles aún es el progreso que México, ahora muy apoyado por Estados Unidos, tendrá en su lucha contra los carteles de la droga.
A medida que las cosas se le pongan más difíciles a las organizaciones de narcotraficantes que tienen sus bases de operaciones en México, los incentivos para trasladarlas a países como Guatemala, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Honduras o Nicaragua serán cada vez mayores. Pero Centroamérica no está inexorablemente destinada a convertirse en un infierno de corrupción, crimen y muerte. Hay sociedades que logran producir anticuerpos que repelen estas tendencias. Algunos de estos anticuerpos ahora vienen armados con cámaras de vídeo.